Hace unos años, la Audiencia Provincial de la Palma condenó a una mujer que venció su piso en Palma con una plaga muy grave de termitas, por lo que debió pagar a los compradores 60.000 €.
Se le condenó a pagar 60.000€
Los compradores, adquirieron el piso por más de 250.000€ ya que aparentemente, la vivienda se encontraba en perfectas condiciones.
Cual fue su sorpresa, cuando ya tenían el piso en su posesión y mandaron a un pintor para dejarla lista y éste descrubrió que había una plaga de termitas en la madera de la vivienda. Sus sospechas se confirmaron al llamar a empresas de control de plagas y éstas confirmarles que la vivienda estaba afectada por una plaga de termitas de una forma muy importante.
Los compradores llamaron a la mujer que le había vendido el piso pero ésta se desentendió totalmente del tema al ya estar hecha la transacción.
Los arquitectos llegaron a la conclusión de que los elementos estructurales no estaban dañados, pero que habría que cambiar todos los elementos fijos de la vivienda (tabiquería y parqué) lo que suponía una gran inversión. Eso, sumado al coste de la empresa de control de plagas, la pérdida de valor del inmueble y muchos otros gastos, las pérdidas eran considerables.
La respuesta del juez
Un año después los compradores intentaron contactar con la vendedora mediante burofax, pero de nuevo, hizo caso omiso, y una vez llevado a cabo la demanda, la compradora alegó que no podían demostrar que ya existiera una plaga de termitas y acusó a los afectados de sacar la excusa de las termitas para hacer obras en la vivienda, ya que la plaga de termitas no era tan catastrófica según testificó.
El juez concluyó que la plaga ya estaba instalada y extendida en el momento de la compraventa y que los ahora propietarios no tenían intención de realizar obra alguna. Condenó a la vendedora a pagarles 60.000€ por negligencia, para cubrir todos los gastos ocasionados y además señaló que su comportamiento en el jucio no fue nada adecuado ni de una persona mínimamente responsable.
Puedes leer también: No son hormigas de ala, ¡son termitas aladas!